¡Hola, bienvenidos a otra clase del Taller de Fotografía Digital! La clase pasada vimos cómo tomar correctamente fotografías en exteriores, algo que es muy útil y bastante usado en la fotografía profesional (claro, es un recurso muy bonito).
Hoy aprenderemos los trucos para captar esas tomas nocturnas que tanto aportan a la fotografía artística y documental. Por otro lado, sirve hasta para captar con nitidez una salida en familia, con la pareja o amigos/as. ¿Qué estás esperando?
Más allá de una obviedad, decir que tomar una foto de noche es diferente a hacerlo de día se refiere a que habrá ciertas cuestiones a tener en cuenta, sobre todo relativas a la luz, para obtener una buena imagen:
- Habrá muchos contrastes entre las luces brillantes de faros y lámparas y la oscuridad de las sombras.
- En algunos casos directamente no tendremos la luz necesaria para captar una imagen nítida.
- Dependiendo de la técnica que usemos para tomar fotografías nocturnas, necesitaremos algún accesorio, como un trípode o flash especial.
- Nos llevará más tiempo preparar una escena, o bien capturar la imagen.
- Habrá zonas con “ruido” en la foto, debido a las exposiciones prolongadas y la poca intensidad de la iluminación.
- Los objetos o temas cobran un carácter diferente, que a veces puede dar idea de “misterioso”.
Esto no es que sean desventajas, sino cosas que hay que saber para aprovecharlas o saber manejarlas.
¿Cuál es la mejor hora para tomar una “fotografía nocturna”?
Por raro que parezca, el mejor momento es antes de que se haga de noche. Me refiero al momento en que el sol se puso, pero aún queda el cielo un poco iluminado. De esta forma la luz ambiente nos permite captar detalles que un poco más tarde no se podrán distinguir.
La “Hora Azul”
Así se conoce al momento en que el cielo se vuelve de un azul intenso, antes de ponerse casi negro. Es muy útil para contrastar el cielo, por ejemplo, con alguna persona, edificio o monumento, por el efecto que produce.
Aullando a la Luna
Ya sé que quieres sacar la típica foto de la Luna y no sabes cómo hacerlo. Para que no te quede una motita blanca en un plano negro, usa un teleobjetivo o zoom óptico de largo alcance y baja el nivel de exposición hasta que la Luna salga con detalles.
Todo el mundo tiende a hacer lo contrario, a subir la exposición, para captar más cosas “de noche”. Nada de esto, sacarle una foto a la Luna es como apuntar a una linterna en medio de la oscuridad, estamos hablando de un objeto que refleja luz.
Con una cámara digital es mucho más fácil regular los parámetros de catura de luz, etc. Sólo tenemos que fijarnos en el visor cuando salga “bien” la imagen.
Ya vimos en clases anteriores cómo podemos usar el flash para iluminar objetos cercanos, pero ¿qué hay de un fondo oscuro?
Bueno, en esos casos podemos aumentar el tiempo de exposición y sacar la foto con un “flash de relleno”.
La luz del flash dejará nítido el objeto o la persona, mientras que por ganancia de luz el fondo se irá aclarando.
Después de una buena sesión podemos tratar las imágenes con Photoshop, para dejar mejor iluminadas y nítidas esas zonas oscuras (clic aquí para ver cómo).
Por último, algunas cámaras contarán con la opción de ajuste de “balance de blancos” para corregir los defectos de color que producen las lámparas de tungsteno, tubos fluorescentes, etc.
La idea es que de noche, si quieres captar esa clásica luz anaranjada, dejes todo como está, pero si no, pongas el ajuste en “tungsteno”, lo que corregirá el aspecto del color.
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